Todo ocurrió el 28 de julio de 2006, en Barcelona; un grupo de trabajadores de tierra de Iberia tomaron las pistas de El Prat como protesta. Una acción que provocó el cierre del aeropuerto. Iberia condenó entonces a 21 de sus trabajadores a 60 días de suspensión de empleo y sueldo por la acción, calificada de muy grave. Ahora un juzgado catalán declara improcedentes esas sanciones. Considera que las pruebas aportadas por la compañía aérea, en especial los vídeos grabados de lo sucedido, no acreditan las imputaciones.