La violencia en el norte de La India prosigue por tercer día consecutivo. El enfrentamiento entre chiíes y suníes ha derivado en cruentas batallas campales en las calles. La Policía ha intervenido con gases lacrimógenos y pelotas de gomas, pero con ello no han logrado evitar los linchamientos entre clanes y los graves daños en vehículos y mobiliario urbano. La fuerzas de seguridad tratan de calmar la situación redoblando el número de efectivos y estableciendo controles en puntos clave de uno y otro bando.