Los republicanos ya han designado a su candidato definitivo para la Casa Blanca. Se trata de un ex militar que podría convertirse en el próximo presidente de Estados Unidos.
Dice ser más viejo que el polvo y tener más cicatrices que Frankestein. Un culetazo de una bayoneta le impide mover con soltura el brazo derecho. Secuelas de las penurias que pasó durante cinco años, prisionero en un campo de concentración norvietnamita. Torturado hasta la saciedad, se negó a abandonar la celda antes que sus compañeros. Una gesta épica, de esas que embelesan a los estadounidenses, pero que alimentan el rumor de que está loco. "No más que cualquiera que se atreva a presentarse como candidato a la presidencia", responde con la dureza que da sobrevivir al cáncer.
Al que le da entender que es demasiado viejo, McCain le amenaza con enviarle a su indómita madre, que a sus 95 años la detuvieron por circular a 180.