Hoy, en A Coruña, decenas de operarios trabajan para que el Paseo Marítimo de Riazor vuelva a la normalidad. Los trabajadores limpian la arena que cubría las aceras y la calzada y retiran escombros y piedras.
Ayer, un golpe de mar se llevó parte de la balaustrada y el mobiliario urbano. Y lo más grave, hirió a cuatro viandantes. La fuerza del viento, unido a la pleamar, fue el causante de tanto destrozo.