'Una obra faraónica sobre las aguas', es una de las mejores maneras de describir el puente marítimo más largo del mundo. Está en China, tiene 36 kilómetros de longitud y une Shanghai con la ciudad industrial de Ningbo. La fiesta de inauguración ha sido proporcional al tamaño y a su coste. En la estructura se han invertido la friolera de un billón de euros.