Activistas de Greenpeace han irrumpido en la empresa armamentística Expal para denunciarles como fabricantes de bombas de racimo y reclamar su prohibición total. Los miembros de la ONG reclaman una reunión con los responsables de la empresa para expresarles su posición con respecto a este armamento y hacerles entrega de la copia de una prótesis y de este vídeo con un testimonio recogido en Camboya en el que una víctima de este armamento se dirige directamente a ellos.