Guiados por esa especie de Flautista de Hamelin con tambor y boina que es Manolo el del bombo, se calcula que unos diez mil españoles se desplazaron hasta Innsbruck para perturbar la paz de esta tranquila ciudad, capital del Tirol. Después del la victoria aplastante frente a Rusia la locura se desató en Austria y los aficionados españoles no pararon de cantar y celebrar el triunfo. El hombre más aclamado: Villa, que con sus tres goles se convierte en el 'pichichi' provisional de la Eurocopa.