Llegar hoy a Madrid en camión se ha convertido en una misión imposible. Todos los vehículos de carga que iban vacíos no han podido continuar viaje. La Guardia Civil ha retenido a casi 400, a trescientos kilómetros de la capital, en el centro de transportes de Benavente. La orden ha sido tajante. Todo el que no pueda demostrar con papeles que va cargado, se queda en tierra, aunque no sea huelguista. El objetivo de que no se colapse Madrid ha estado en todo momento garantizado. Pero los controles de la Guardia Civil han provocando importantes problemas de tráfico en las inmediaciones de la capital, al tiempo que han impedido llegar a los camiones con sus mercancías. Entre los huelguistas no cunde el desánimo, pese a que se han quedado prácticamente solos, y aunque están dispuestos a continuar con su pulso al Gobierno, a última hora de esta mañana las patronales del transporte Fenadismer, Confedetrans y Antid han decidido suspender temporalmente la huelga indefinida indefinido. Seguirán en pie de guerra, pero no quieren convertirse en un motor que ocasione más perjuicios a la maltrecha economía del sector.