La investidura del presidente paraguayo Fernando Lugo fue una fiesta. Después de una ceremonia solemne llegaron los discursos y luego un recital. El presidente de Venezuela Hugo Chávez prometió abastecer a Paraguay de todo el petróleo que necesite e hizo un regalo a su homólogo paraguayo: una réplica de la espada de Simón Bolívar, que Lugo prometió utilizar metafóricamente contra la corrupción que sacude el país. Después, ambos mandatarios se subieron al escenario a cantar animadamente ante centenares de personas para celebrar la investidura de un presidente, que pone fin a seis décadas de gobierno del Partido Colorado en Paraguay.