La tensa espera y las escenas de dolor vuelven a dejarse ver en el pabellón de 6 de IFEMA. Cuatro años después del 11-M, las instalaciones del recinto ferial de Madrid vuelven a acoger, en esta ocasión, a los familiares de las víctimas del accidente aéreo de Barajas. Alrededor de las 19.30 han llegado a las instaciones del recinto los familiares para reconocer los cadáveres en un dispositivo similar al del atentado del 11-M. Les apoyan un equipo de 80 profesionales del SAMUR, SAMUR-Social y Madrid Salud, que prestarán ayuda psicológica.Los furgones son los únicos vehículos que pueden entrar en el recinto sin que los conductores tengan que identificarse en el portón de entrada. Los demás coches reciben orientación para usar el acceso este, incluso los que llegan con el rostro marcado por el llanto, de manera apresurada. Algunos han deambulado por las inmediaciones de la morgue Ifema en busca de una puerta que nunca habrían querido cruzar. Otros llegaban en sus propios coches. Todos ellos para quedar en manos de los psicólogos que tampoco han parado. Fatalidad maldita, era lo que se esquivaba en la puerta de los hospitales, aquí todavía había esperanza en que cada cambio de cifras bailase en su favor. Desechas por un despreciable destino, muchas familias han despertado esta mañana en un hotel madrileño habilitado para la ocasión. Lo harán incompletas, rotas ante una realidad dificil de comprender.Entretanto, en las oficinas del pabellón 7, los familiares han tenido que afrontar la dura realidad. Primero, describir a uno de los 80 miembros de los equipos de asistencia psicológica y social los rasgos físicos de la víctima: color del pelo, estatura, señales características y ropas. La identificación ha seguido con la búsqueda por uno de los sanitarios de los cuerpos, que se asemejen a la descripción. Luego, han podido ver tan sólo aquellos que corresponden a estas características se ha permitido el acceso de apenas uno familiar al tanatorio.En torno a las cinco de esta madrugada ha aterrizado en Barajas el avión con 178 familiares, así como varios miembros del gobierno de Canarias de los pasajeros del avión siniestrado que Spanair ha fletado para traerlos a Madrid. Allí, los ha recogido un autobús que los ha trasladado a IFEMA desde el aeropuerto. Junto a ellos, han viajado un médico, un enfermero, dos psicólogos y un técnico. Mientras que unos han optado por desplazarse a los hoteles para descansar, otros han preferido permanecer en IFEMA toda la noche. El goteo de taxis con los familiares de las víctimas continuaba, y se sucedían escenas de dolor.