A las 10 de la mañana llegaba a Arriondas el 'tren fluvial'. Inmediatamente descendían los tritones, los encargados de sacar del río a la gente para que las piraguas puedan salir.Aunque la mayoría comenzó la fiesta la noche anterior, hay otra fórmula para disfrutar tanto del jolgorio como de la salida de las piraguas.Casi un millar de palistas de 20 países recorren los 14 kilómetros de río que unen Arriondas y Ribadesella congregando en cada edición a más aficionados.El pregón de Javi Villa, el piloto asturiano de GP2, y, como siempre, el 'Asturias, patria querida', dieron comienzo a esta 72ª edición del Descenso del Sella, donde todos están pensando ya en la del año que viene.