En Denver, Colorado, Hillary Clinton ha vuelto, pero no como ella hubiera querido. A pesar de los tres minutos de ovación a su entrada en la convención del Partido Demócrata de Estados Unidos, la ex aspirante presidencial se ha presentado como una orgullosa incondicional de Barack Obama, su candidato para la Casa Blanca. Así se lo marcaba el guión y la necesidad de cerrar heridas en un partido, el demócrata, dividido desde hace más de ocho meses. En horario de máxima audiencia ha repetido por activa y por pasiva lo que el partido quería oir. Numerosas referencias de apoyo a Obama y duras críticas a su amigo McCain, el candidato republicano a la Casa Blanca. Los motivos de su campaña ha dicho, son ahora los del futuro candidato demócrata. Elogios que se han repetido con su mujer Michelle, una gran primera dama para Estados Unidos según Hillary, y Joe Biden, el aspirante a vicepresidente elegido por Obama.20 minutos de palabras para acercar al partido y quién sabe si para poner punto y final a la carrera política de los Clinton.