Volver a la rutina laboral después de varias semanas de descanso puede convertir los primeros días de trabajo en una auténtica cuesta arriba para muchos ciudadanos. Fatiga, insomnio, tristeza o irritabilidad se padecen con frecuencia y son consecuencia lógica del fin de las vacaciones. Es el llamado 'síndrome postvacacional' y afecta a un tercio de la población, según el Instituto Superior de Estudios Psicológicos. Un mal trago que no dura más de diez días en los que hay que luchar contra el lógico mal humor.