Las aficiones de Liverpool y Atlético demostraron ayer un comportamiento ejemplar. En los alrededores del Calderón, los cánticos de apoyo a Fernando Torres y las muestras de hermandad eran la tónica general.Fernando Torres jamás imaginó que su juego uniría tanto a dos aficiones. Los piropos entre ambas aficiones no faltaron.Quienes no pudieron entrar al estadio, se quedaron en los bares próximos al estadio. Allí, ingleses y colchoneros compartían la emoción ante la televisión.