Un hombre de 32 años mató en la noche de ayer a su padre, de 65. El crimen tuvo lugar sobre las once y media de la noche, cuando el supuesto parricida golpeó hasta matar a su padre con una barra de hierro. Antes de morir el hombre pidió a su mujer que escapase para no correr su misma suerte. La madre consiguió huir y refugiarse en casa de una vecina pero su hijo la persiguió con el coche hasta que chocó contra el muro de la vivienda, hiriendo en una pierna a la propietaria. Posteriormente se entregó a la Guardia Civil y confesó su crimen. La familia asegura que estaba pasando por una grave depresión y que podría haber planeado el asesinato. Ahora el presunto asesino permanece en los calabozos de la Policía Nacional a la espera de pasar a disposición judicial.