Arde Atenas y la furia de los manifestantes no mengua en su cuarta noche de batalla campal contra la policía. Una ira que pagan coches, que hace extremar el trabajo de los bomberos y que toma la universidad como epicentro de la lucha. Otros prefieren protestar de otra manera. En silencio, con velas, pero con el mismo descontento. Así denuncian la no actuación del gobierno y, al compás de la oposición, muestran su desconfianza hacia el primer ministro. Karamanlis no sólo se enfrenta al peor conflicto de los últimos 35 años. Hoy el país vive una jornada de huelga general convocada hace ya tiempo por los sindicatos. Los mismos jóvenes que el gobierno no puede controlar son los protagonistas de los peores índices de desempleo en décadas. Grecia está recibiendo un duro azote por la crisis financiera mundial y así es como revienta.