Han perdido la vida y no por eso tienen que perder el nombre, pensó el excombatiente Julio Haro mientras recorría las tumbas de sus compañeros en el cementerio de Darwin de las islas Malvinas. Así nació el proyecto “No me olvides”, que contribuyó a que la tumba
de 90 soldados argentinos que llevaban la inscripción “soldado argentino sólo conocido por Dios” pudieran recuperar por fin su identidad. El proyecto no hubiese sido posible sin el aporte vital del coronel Geoffrey Cardoso, un hombre que en 1982 luchó del lado de las tropas inglesas. Terminada la guerra y con sólo 32 años el militar dio sepultura a los cuerpos, recogió sus pertenencias y las guardó cuidadosamente eso permitió que Julio Haro pudiese llevar a cabo su sueño, el mismo Geoffrey Cardoso nos platica: “Los chicos,
ahora han regresado a sus lugares, han recuperados sus nombres y están con sus padres, este es un milagro gracias.” La Universidad Nacional de Mar de Plata presentará las candidaturas de ambos ex combatientes para el Premio Nobel de la Paz, así lo comunicó
su Secretario de Comunicación y relaciones públicas Alberto Rodríguez: “Nosotros estamos iniciando desde la Universidad con anclaje, la Academia en el Departamento de Historia, el Departamento de Letras. Más allá de la representación que esto implica (para) ellos, para el Premio Nobel de la Paz. No hay mejor premio que el hecho que lo hayan pensado. Entonces, compartir la sonrisa con los padres, de todo el trabajo que hemos realizado, se está ganado. Donde decía: “soldado argentino sólo conocido por Dios”, ahora va a estar: Gabino Ruiz Díaz; Chávez; Ugalde. Tenemos 90 nombres que volvieron a parir
sus madres.”