El presidente francés Sarkozy ha lanzado su propia revolución verde. Aplicará un impuesto especial a los productos de países que no respeten el Protocolo de Kyoto; reducirá a la mitad el uso de pesticidas en el campo y, además, subirá las tasas a los coches que más contaminen. Así lo anuncio ayer en presencia de Al Gore y del presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Dura Barroso. Las propuestas presentadas por el presidente galo han sido objeto de negociación durante los tres últimos meses por un Grupo de Trabajo impulsado por el propio Sarkozy.