El asesinato de Benazir Bhutto ayer en Pakistán ha provocado una fuerte reacción popular. Esta noche sus partidarios han quemado cientos de coches y se han enfrentado a las fuerzas de seguridad. Las fuentes oficiales hablan de al menos cinco muertos. Los militares han salido en varias ciudades a vigilar las calles y aumenta el miedo a que se decrete un nuevo estado de excepción.
La oposición ha pedido a Musharraf que dimita y que suspenda las elecciones del 8 de enero.