Productos de peluqueria: ¿Ciencia o timo?

RAUL ESPERT 2018-12-26

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Casi la mitad de los hombres y hasta el 10% de las mujeres sufre alopecia androgenética a lo largo de su vida. Aunque los remedios con evidencia científica se han multiplicado en los últimos años, los timos campan a sus anchas: carboxiterapia, ozonoterapia, bótox capilar, champús crecepelo o masajes revitalizadores del cabello solo sirven para tirar el dinero. Un estudio publicado en la revista JAMA Facial Plast Surgery en 2016 sugería lo que para muchos es una verdad absoluta: que los hombres resultan más atractivos (y parecen más jóvenes) con pelo. Si sumamos a esto que la alopecia androgenética, la forma más común de calvicie, afecta a casi la mitad de los varones y hasta al 10% de las mujeres, resulta fácil de entender la miríada de remedios, con y sin evidencia científica, que encontramos hoy en día. Antes de solucionar un problema hay que confirmar que existe. ¿Me estoy quedando calvo? El cabello está hecho de queratina, como las uñas y, al igual que estas, se regenera. “Es normal que se caiga algo, al día perdemos unos cien pelos”, explica a Sinc el dermatólogo y tricólogo del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid Sergio Vañó. Tampoco es motivo de preocupación si esta media aumenta, pues varía en función del estrés y la época del año. Cuando la piel del cuero cabelludo comienza a verse y la densidad capilar disminuye, es hora de tomar cartas en el asunto. “Si el paciente clarea suele ser porque el pelo que nace es muy fino. Entonces hay que ir al médico”, recomienda Vañó, que recuerda que es en la consulta del dermatólogo, y no en la peluquería, donde debemos buscar ayuda.

La alopecia androgenética es causada por la acción de las hormonas masculinas, pero afecta a hombres y mujeres jóvenes a cualquier edad tras la adolescencia, aunque en ellas es más común que empiece tras la menopausia. La estrategia para combatirla varía con cada paciente. El director del Instituto de Dermatología Integral de Madrid, Miguel Sánchez, advierte de que “si se pierde tiempo es un territorio que no se recupera fácilmente”. Hormonas, estrés, alimentación, enfermedades, medicación, vitaminas, minerales… Sánchez explica que en el pelo “influyen muchos factores que hacen que la alopecia avance más rápido”. Por eso el primer paso es un diagnóstico, con una valoración global de posibles carencias y un análisis local del cabello para comprobar su grosor, densidad y presencia de cabellos miniaturizados.

Los pelos miniaturizados resultan fundamentales para determinar si funcionará un tratamiento con fármacos: “Son pelos viables y vivos, que vuelven a salir aunque sean cada vez más pequeños y finos”, aclara Sánchez. “Con tratamientos largos se puede revertir y hacer que mejore su densidad”, pero si hay calvas, “zonas con folículos atrofiados”, el trasplante es la única opción. Entre estos dos extremos hay un amplio abanico de opciones. Por eso hemos ordenado los tratamientos de más a menos eficaces, desde los dos grupos de fármacos principales a los timos,

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