En Bolivia, el alma de los difuntos fue recibida con fiesta, música, abundante comida y bebida. Vienen de lejos, cansados, con hambre y sed y es todo un acontecimiento su regreso. Por eso, los sacerdotes aymaras los invocan con cantos y se erigen altares donde uno de los principales elementos son los tantawawas, palabra aymara significa 'niños de pan'. En la cultura aymara, la muerte sólo es el tránsito hacia otra dimensión. teleSUR