Los perros poseen dos sacos situados a ambos lados del ano desde donde expulsan unas secreciones. Las secreciones contienen importante información. Se trata de componentes químicos que los cánidos emplean para conocerse. Olfateando el culo a un congénere, el perro recibirá información sobre él. ¡Hasta puede saber lo que ha comido el otro animal!. ¿A que ya no te parecen unos guarros olisqueándose el trasero?