Los perros de razas grandes o maxi se desarrollan más lentamente que los pertenecientes a razas pequeñas. Por eso, su alimentación tiene que adaptarse a esta condición. No alimentar a un can grande con los nutrientes que necesita para su correcto desarrollo puede acarrear, según el veterinario Carlos Rodríguez, futuros problemas como la displasia de cadera y codo.