Los asistentes suelen tener muy buena prensa: es que, uno de los efectos del estar atrás de un famoso, es, justamente, llevar su vida. Aviones privados, acceso a las mejores comidas, ropa gratuita. En pocas palabras, vive como un famoso, sin tener la peor parte, que es, justamente, su estrellato.

Pero no todo es color de rosa. A veces los aires de diva de la gente que vive siendo halagada puede desencadenar en hábitos horrorosos que no hacen otra cosa que incitar a la renuncia de quienes lo rodean. Estos 10 ex asistentes vivieron la peor pesadilla y no tuvieron mejor idea que confesarlas.