Santiago de Compostela, 7 jul (EFE).- (Imagen.- Josechu Ortiz) La pequeña aldea estradense de Sabucedo (Pontevedra) vive nuevamente este fin de semana sus días grandes con la celebración de A Rapa das Bestas, una centenaria tradición en la que los “aloitadores”, término usado para las personas encargadas de lidiar con los caballos, reúnen a cientos de equinos salvajes en el recinto conocido como curro para cortar sus crines, que serán usadas como ofrenda, antes de devolverlos a la vida en libertad.
Este evento tiene su origen en una antigua tradición, de la que existen registros desde el siglo XVI, en la que se ofrecía el cabello de estos animales al patrón de la localidad, San Lorenzo, para que protegiese a sus habitantes de las enfermedades que otrora azotaban la región.
Además, A Rapa das Bestas tiene también como objetivo el cuidado de estos caballos que viven salvajes en los montes circundantes, ya que se aprovecha la ocasión para, además de adecentar sus crines, desparasitar y vacunar a unos animales que, por lo demás, no tienen contacto con el hombre durante el resto del año.
En los días previos a la celebración, decenas de vecinos de la zona se acercan a los montes para conseguir hacer descender a estos animales, a lo que estos no siempre acceden, especialmente los machos más bravos, conocidos como “garañones”, y que son los más reticentes a dejarse guiar hacia las instalaciones aledañas al curro.
Allí permanecen hasta que, el primer sábado del mes de julio, el primer grupo de equinos es dirigido, en torno a las siete de la tarde, al arenoso interior del recinto, donde aguarda en silencio ceremonial un público de más de 1.500 espectadores que intenta no exaltar demasiado a unos animales con los que los aloitadores enseguida tendrán que lidiar.EFE
IMÁGENES DE A RAPA DAS BESTAS