Su aspecto no difiere mucho del Rover Lunar de los años 60 pero el Modular Robotic Vehicle (MRV) desarrollado por el Johnson Space Center de la NASA es muy sofisticado. Está planteado para funcionar como un coche autónomo, de forma teledirigida o de forma convencional, pilotado. El vehículo es eléctrico y está totalmente robotizado (drive-by-wire), de modo que, por ejemplo, no hay conexiones físicas entre el volante y las ruedas o entre el pedal y los frenos. Esto permite, por ejemplo, que las cuatro ruedas pueden rotar 180° haciendo que sea un vehículo extraordinariamente maniobrable; tanto que el coche puede desplazarse también lateralmente.