Por primera vez se escanearon los cerebros de personas bajo el efecto de LSD, una de las drogas psicodélicas más potentes. Los investigadores esperan que su trabajo pueda ayudar en el tratamiento de adicciones y enfermedades como depresión. Los resultados del estudio han sido sorprendentes. La droga hace que los cerebros de adultos funcionen en forma menos compartimentalizada y se asemejen en cierta medida al cerebro de un niño, "libre y sin restricciones". "Normalmente nuestros cerebros consisten en redes independientes que realizan funcionen separadas y especializadas, como la visón, el movimiento o la audición y tareas más complejas como la atención", dijo Robin Carhart-Harris, quien dirigió el estudio en Imperial College. "Sin embargo, bajo el efecto del LSD la separación entre esas redes se diluye y se ve a un cerebro más integrado o unificado", agregó. "Nuestros cerebros se vuelven más compartimentalizados a medida que pasamos de la niñez a la vida adulta y nos volvemos más enfocados y rígidos en nuestro pensamiento", explicó Carhart-Harris. "En muchas formas, el cerebro afectado por LSD se asemeja a nuestro cerebro cuando éramos niños. Y esto tiene sentido cuando consideramos la naturaleza imaginativa e hiperemotiva de la mente infantil". Esa integración también podría explicar la llamada "disolución del ego" asociada al LSD, un sentido de conexión universal con todo y todos que relatan quienes han experimentado con el compuesto.