En tiempos de capitalismo, los derechos ciudadanos han pasado a ser negocios rentables y especulativos. Un ejemplo claro de ello es la salud, con la que las farmacéuticas han logrado amasar grandes fortunas. Pese a los avances de algunos países de la región, ninguno cuenta con una industria farmacéutica propia, por lo que un reducido número de naciones dominan y acaparan casi la totalidad de la producción, investigación y comercialización de los fármacos en el mundo. teleSUR