En la segunda mitad de este 2017, dos incendios consumieron cientos de miles de hectáreas de bosque en Portugal y España, dejando decenas de muertos. Según los expertos, el desastre pudo haberse evitado con políticas forestales eficientes. La falta de bomberos obligó a que muchos habitantes se dieran a la tarea de combatir el fuego. teleSUR