Buenos Aires, 14 dic (EFE).- Los disturbios dentro y fuera del Congreso argentino por la iniciativa del Gobierno de impulsar una reforma del sistema de pensiones se agravaron hoy con la decisión del oficialismo de llevar adelante la sesión que discutirá la medida a pesar de contar con gran rechazo de la oposición y los sindicatos.
El pleno en la Cámara de Diputados necesitaba contar con la presencia de la mitad más uno (124) del total de legisladores, 257, para obtener el quórum necesario para celebrarse, y cuando la asistencia llegó a esa cifra, aún media hora más tarde de la hora prevista de comienzo, el presidente de la Cámara, el oficialista Emilio Monzó, dio por comenzada la sesión ante gritos y reproches de parte de gran parte de diputados.
Antes y mientras se desarrollaban los problemas dentro del recinto, graves incidentes se registraban en la plaza donde se ubica el Congreso, cuando agentes de Gendarmería y de la Policía seguían arrojando gases lacrimógenos ante los manifestantes, que fueron convocados por las principales organizaciones sindicales y que dejaron, según la oposición, varios diputados heridos.
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