Rute (Córdoba), 8 dic (EFE), (Imágenes: Rafael Alcaide).- Una peregrinación tan popular como el Camino de Santiago es el hilo conductor del belén de chocolate que una empresa familiar de Rute (Córdoba) ha instalado en su obrador, que este año tiene como temática monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
El dulce recorrido comienza en las iglesias de San Miguel y Santa María del Naranco (Oviedo), cuyas réplicas dan paso a un espectacular belén de 1.500 kilos de chocolate y 56 metros cuadrados de superficie.
El Alcázar de Toledo, el Teatro Romano de Mérida, el Tajo de Ronda (candidato a ser Patrimonio de la Humanidad) y las Casas Colgantes de Cuenca se van sucediendo para acabar en la parte más sorprendente del belén, una imponente Catedral de Santiago de Compostela que acoge el Nacimiento que da sentido a esta tradición.
Jorge Garrido forma parte de la tercera generación de maestros pasteleros de la empresa familiar Galleros Artesanos y es el artífice de uno de los principales atractivos de Rute, municipio de la Subbética cordobesa por el que en época navideña pasan más de 100.000 visitantes llegados de todos los puntos de España y cada vez son más los extranjeros que no quieren perderse "el belén de chocolate más grande del mundo, que nosotros conozcamos", asegura.
En su montaje han participado cinco personas durante unos cuatro meses, instalando un improvisado obrador de chocolate en la sala donde se ubica el belén, que está adaptada para controlar la temperatura pues "más de 40 grados en verano harían imposible su construcción".
Este año el montaje tiene doble dificultad ya que además de la minuciosidad de los detalles de elementos decorativos propios de un Nacimiento tradicional, han tenido que "construir los monumentos reproduciéndolos a escala, con varias alturas para dar profundidad", cuenta Garrido, ejemplo de la innovación que aporta el relevo generacional en una industria tradicional.
En declaraciones a Efe, Garrido explica que una vez acabada la campaña navideña ya presenta "los bocetos para el próximo año" pues desde 2008 el belén cuenta con una temática específica que acompaña a las tradicionales figuras que desde hace 17 años son de chocolate, sobre todo blanco, "porque es más fácil después añadir colorante que con el chocolate con leche que ya queda con un color más inalterable".
Galleros es una empresa pastelera fundada por el abuelo de Garrido, que dejó el negocio a sus tres hijos, quienes, durante años, han tenido sus obradores independientes en el pueblo hasta que decidieron "unirse por Navidad" e impulsar la producción de productos propios de estas fechas: mantecados, polvorones, alfajores, hojaldradas o piononos tradicionales ruteños.
El éxito empresarial se complementa con la popularidad de su Belén, que entre semana llena la fábrica de escolares desde el mes de octubre. Los fines de semana son las familias y los grupos organizados los que desfilan impregnándose de ese aroma dulzón que envuelv