La segunda temporada de Stranger Things ha vuelto a poner de moda la nostalgia ochentera y las aventuras de esa adorable y variopinta pandilla de preadolescentes de Hawkins. Un club de jóvenes aventureros que, en su primera temporada, estuvo a punto de perder a uno de sus miembros más importantes. Y es que según han revelado los hermanos Duffer, uno de los niños protagonistas iba a morir al final de la primera temporada.