Para Melissa Fernández, miembro del Ballet Hispánico de los Estados Unidos, la danza es un lenguaje universal que puede romper barreras culturales y sociales. Durante una gira en Medio Oriente observó cómo niños israelíes y palestinos reían al unísono mientras escuchaban ritmos latinos.
Fernández, nacida en EEUU pero de origen cubano, aprendió a bailar a los 6 años y ha dedicado toda su vida a su pasión, sacrificando incluso su vida personal.