Emmanuel Macron ha salido a la palestra para defender las medidas económicas emprendidas en sus cinco meses al frente del Elíseo. Medidas que le han valido etiquetas como la de “arrogante” o “presidente de los ricos” y han provocado una caida de su popularidad. Pese a todo, el presidente francés aseguró que seguirá adelante con su proyecto de “transformación radical” de Francia “con el mismo ritmo y la misma determinación”.
“Nos ocupamos de la parte del país en la que las cosas no van bien. Vamos a hacer una transformación radical para que todo el mundo puede encontrar su espacio en esta sociedad”, aseguró en la primera entrevista televisada que ha concedido desde su elección.
En política internacional, defendió la necesidad de mantener un diálogo fluido con Donald Trump porque es “el presidente de la primera potencia mundial. (...) Necesitamos ese partenariado y un multilateralismo, es decir, un equilibrio de potencias en el mundo para garantizar nuestra seguridad”, afirmó.
Macron también aseguró que mantendrá el acuerdo nuclear con Irán, aunque lo hará “de forma exigente” y tratará de ampliarlo a otros terrenos, como el programa balístico de Teherán o su implicación en los conflictos regionales.