¿Se imaginan que una gran empresa les pagara un sueldo sin tener que ir a trabajar? Para muchos, un sueño hecho realidad.
Pero estamos en Venezuela.
Unas 150 multinacionales, como Ford, han decidido permanecer en el país a pesar de su abismal recesión económica. Ante el gran recorte de producción en su planta, autoriza a sus empleados a buscarse la vida fuera de ella. A Celso Núñez le pagan un cuarto de su salario, 50.000 bolívares, al cambio menos de dos euros semanales, mientras vende material de construcción con su furgoneta.
“Por ahora esto me da mucha estabilidad. Tanto emocional como económica, igual a mi familia. Han disfrutado de Ford. Porque Ford anteriormente no me perdía ningún evento deportivo que hacía Ford. Disfrutaba de esa empresa, y disfruto. Sé que no es culpa de ella, por la situación del país”.
En modo zombi: multinacionales trabajan a medias en #Venezuela https://t.co/E0Y3uTz1ir pic.twitter.com/CMOJIIbLDN— Reuters Latam (@ReutersLatam) 6 de octubre de 2017
Algunas empresas que han suspendido su actividad permiten comer en su cafetería a los empleados despedidos. Fiat Chrysler asegura servir entre 60 y 800 menús diarios.
Los drásticos recortes de producción de empresas como Fiat, Colgate, Johnson & Johnson o Nestlé han llenado ciudades como Valencia, la tercera del país, de polígonos fantasma. Tienen orden de aguantar bajo mínimos en espera de un cambio de régimen que permita a este país, primera reserva petrolera del mundo, vuelver a vivir tiempos mejores.