Cientos de personas recordaron el lunes por la noche, entre la incomprensión y la tristeza, a las víctimas del tiroteo que tuvo lugar horas antes en Las Vegas.
Fue el peor tiroteo masivo registrado en la historia moderna de Estados Unidos. Su autor fue Stephen Paddock, un hombre de 64 años que se alojaba en una suite de lujo del hotel Mandalay Bay. Desde las ventanas de su habitación disparó de manera indiscriminada contra 22 000 personas que asistían a un concierto al aire libre.
59 personas murieron y más de 500 resultaron heridas. El cuerpo de Paddock fue descubierto sin vida en la habitación.
La policía ofrecía este lunes los primeros datos de la investigación.
“Los investigadores buscan cualquier elemento que pueda explicar los motivos de este tiroteo, cualquier información que nos ayude a aclarar lo ocurrido. Hemos recuperado 23 armas de fuego en el hotel Mandalay Bay y 19 más en su vivienda de Mesquite”, explicó Todd R. Fasulo, Asistente del sheriff del Departamento de la Policía Metropolitana de Las Vegas.
Y mientras la policía intenta descubrir las razones de este ataque cuya autoría se atribuyó en un primer momento el grupo terrorista Estado Islámico, residentes y turistas de Las Vegas acuden a donar sangre y alimentos para quien pueda necesitarlo. Un fondo de ayuda para los damnificados llevaba recaudados el lunes por la noche más de un millón de dólares.