Lanzamiento de piedras, cócteles molotov, gases lacrimógenos y ocho detenidos. Así ha acabado una concentración que se preveía pacífica en Atenas por el cuarto aniversario de la muerte del rapero antifascista griego Pavlos Fyssas. Los cerca de 3.000 manifestantes han pasado por delante de le embajada estadounidense, por una reciente víctima de la violencia racial en ese país, y por la sede de la formación ultraderechista Amanecer Dorado, uno de cuyos miembros está acusado del asesinato- y otros 68 están también imputados.

“Tenemos que cerrar las oficinas de esta organización nazi. Las usan para preparar sus ataques racistas. De Grecia a Estados Unidos, estamos aquí para decir que machacaremos a los fascistas”, afirmaba una activista. Las agresiones se han seguido repitiendo y la madre de otra víctima que resultó gravemente herida el pasado mes de marzo cree que “todo el mundo tiene que levantarse frente a los nazis sin importar su pensamiento porque los nazis atacan a todo el mundo.”

“La violencia ultraderechista no acaba en Pavlos Fyssas. En la primera mitad de 2017 la policía ha registrado al menos 27 ataques con una posible motivación racista contra refugiados o inmigrantes. El número puede ser mayor ya que hay muchas víctimas que temen denunciar los hechos”, concluye Michalis Arampatzoglou, corresponsal de Euronews.