Recopilación 12 videos de fantasmas reales Parte 2 | Videos de terror reales | Videos de miedo | Demonios reales
Clases de fantasmas
G. N. M. Tyrrell, autor de un clásico libro sobre el tema, Apparitions (Apariciones), publicado en 1943, identificaba cuatro grupos principales sobre la base de la conducta adoptada por los presuntos espíritus, más conocida que su propia naturaleza:
Apariciones que frecuentan habitualmente un lugar determinado. Generalmente no suscitan miedo, son inofensivos y a veces llegan a ser tratados como un miembro más de la familia.
Apariciones post-mortem. Suelen tener lugar muy poco tiempo después de la muerte de la persona reaparecida, y no acostumbran a estar relacionadas con un lugar o acontecimiento concreto; parecen ser como despedidas.
Apariciones en casos críticos. El aparecido es alguien que está viviendo una experiencia importante (a menudo desconocida por el testigo de la aparición), como un accidente, una enfermedad o, por supuesto, la muerte, y se muestra ante una persona o personas simultáneamente a esa experiencia, no después de la misma.
Aparición inducida. En estos casos, el fantasma es citado a aparecer o puede ser no el de una persona muerta o moribunda, sino el de alguien vivo que intenta con deliberación hacer que su imagen se haga visible a otra persona; se habla entonces de bilocación, si se trata de santos, o en el folclor alemán de doppelganger (en el irlandés, fetch).
En este tipo de apariciones parecen haberse excluido aquellas en las que la aparición adopta una actitud comunicativa e interactiva con aquel a quien se muestra, pudiendo hablar o comunicarse con él, mucho tiempo después de su fallecimiento.
Fantasmas, sociedad y economía
Como fuente prístina de curiosidad la creencia en fantasmas es tema goloso que ha suscitado mucho negocio editorial, teatral, cinematográfico, radiofónico, televisivo y periodístico, porque se genera habitualmente como un factoide o una leyenda urbana, y por eso supone con frecuencia una atracción turística notable para lugares históricos desconocidos. Eso provoca la aparición de grandes intereses creados en torno a las apariciones de fantasmas y, por tanto, la aparición, también, de distintos grados de fraude y negocio o ambos y, por consiguiente, del rechazo y oscurecimiento interesados a toda explicación puramente racional o científica de este tipo de fenómenos; de ahí la explotación y fomento del miedo y del ambiente morboso y el lenguaje interminablemente elíptico y oscuro que los rodea, así como la asfixia consciente de toda verdad que pueda existir en el fondo del asunto, que se hace terreno de cultivo, mina y asidero de todo tipo de factoides y leyendas urbanas. La verdad se deja siempre encerrada una ignorancia que, además, favorece la estafa, la riqueza, el lucro, el crecimiento económico.
De ahí que la desconfianza, el método científico, el empirismo y el escepticismo sean requisitos imprescindibles para abordar con seriedad un fenómeno como este, rodeado de engaños y la mayor parte de las veces, si no todas, engaño él mismo.
Fantasmas y parapsicología
Cuadro basado en la descripción del investigador sir William Crookes: la médium Florence Cook se encuentra en el piso, y Crookes ilumina el ectoplasma de la fallecida Katie King.
Para no ser pseudociencia, la parapsicología moderna, antaño denominada metapsíquica, investiga la psicología del engaño y del sesgo cognitivo, procura documentar físicamente cualquier testimonio de los llamados fantasmas y controlar rigurosamente las circunstancias en que se producen (fantasmogénesis), incluyendo los observadores, alejándose de cualquier prejuicio cognitivo. Frederic W. H. Myers, uno de los fundadores de la Society for Psychical Research (SPR), definió un fantasma como:
La manifestación de una persistente energía personal, o como una indicación de que alguna clase de fuerza es ejercida después de la muerte, la cual está de alguna forma conectada con la persona previamente conocida en vida (Human Personality and Its Survival of Bodily Death, 1903).
Myers creía, en línea con su teoría del yo subliminal, muy parecida a la del inconsciente colectivo de Carl Gustav Jung, en quien, por demás, influyó, que los fantasmas no tenían inteligencia o conciencia propia y que son fragmentos de energía sin significado alguno que persisten después de la muerte.3 Es una teoría emparejable a las más discutibles del registro akásico de la teosofía o de los campos mórficos de la biología, teorías tenidas por pseudocientíficas por su infalsabilidad y multiplicidad de sesgos cognitivos. Sin embargo, el neurólogo inglés Henrik Ehrsson y el suizo Olaf Blanke reportaron en Nature cómo habían podido inducir la creación de fantasmas usando un electrodo implantado que enviaba corriente a la región del cerebro conocida como gyrus cingulate y las experiencias del científico canadiense Michael Persinger confirman estos extremos y añaden una posible explicación conjeturando una posible reflexión de plasm