Corea del Norte y su bomba de hidrógeno, son una amenaza mundial, afirma la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), en palabras de Yukiya Amano.
La prueba de la bomba termonuclear que dice tener, ha llevado a otras dimensiones el estatus del poderío militar norcoreano, afirma Amano. Aunque no se sabe si fue exactamente una bomba H, sí fue detectado el terremoto que provocó en Corea del Norte, por los sismológicos de Corea del Sur, Japón y China.
"Uno de los mayores temblores jamás registrados por nuestro sistema de monitoreo internacional", afirma la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (OTPCEN), que monitorea y verifica la actividad sísmica y nuclear en todo el mundo, refiriéndose a la historia de los ensayos atómicos de Corea del Norte, es por ello que las cosas están ya a otro nivel, delicado, intenso, como nunca.
Corea del Norte asustó al mundo este domingo porque lo que probó no es una bomba nuclear -que hablar de eso es ya algo extraordinario-, sino una termonuclear, cientos de veces más poderosa que la bomba nuclear.
En revisión rápida le explico. Las bombas nucleares o atómicas que son lo mismo, utilizan el principio de la fisión nuclear, es algo así como romper canicas para liberar energía increíblemente extensa y fuerte. Pero la bomba H, en lugar de romper canicas en su explosión, usa dos canicas para crear una canica más grande, hacer eso significa la potencia infinita de la energía, lo que libera una gran cantidad de fuerza inimaginable.
Es el principio de las explosiones solares. Eso es lo que probó el líder norcoreano Kim Jong-un, que apareció en fotos tocando con su mano el artefacto y que en su televisora estatal se festejó y confirmó con júbilo el último avance, amenazando que está todo listo para montar esa monstruosa bomba en un misil.
La prueba de esta bomba H significa muchas cosas, pero la primera y quizá más importante interpretación es que los intentos a los largo de años de Estados Unidos, Rusia, Francia, China y el Reino Unido por desnuclearizar a Corea del Norte, han fracasado.
Han fracasado las sanciones y ha fracasado la presión, por el contrario, encendieron más la furia y la tenacidad del dragón. El presidente de EE.UU., Donald Trump, dice que las sanciones no sirven: "Los Estados Unidos han estado hablando con Corea del Norte, y pagándoles dinero de extorsión, durante 25 años. Hablar no es la solución!" tuitea Trump, aunque no propone solución.
China y Rusia dicen lo mismo pero que la solución es el diálogo, sentarse a la mesa y negociar. Japón y Corea del Sur están en pánico, llamaron a una reunión de emergencia al El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU). Corea del Sur desplegó misiles e hizo simulacro de ataque a una base nuclear de Corea del Norte.
El "perro rabioso" James Mattis, secretario de Defensa de EE.UU., amenazó con una respuesta gigantesca si alguno de sus territorios o aliados es tocado. Todo es amenaza. La guerra que estamos viendo es más bien una guerra de amenazas.
Pero falta la última pregunta, aunque por estrategia militar, conveniencia política y protección de la vida humana, no hay forma de que se ataquen el uno al otro porque implicaría la muerte de millones de personas con un resultado de destrucción y pérdida total, están las emociones, el líder norcoreano tiene 33 años y no sabemos cuál será la última decisión, ni mucho menos el impredecible Trump.
Hagamos entonces las preguntas. En Detrás de la Razón: los analistas contestan y usted en su casa concluye. Y si la realidad hace lo que quiere, entonces nosotros volveremos a preguntar. Lo importante es descubrir los ángulos que no dicen los Gobiernos ni los medios de comunicación. El análisis, las preguntas y respuestas a las diez treinta de la noche, desde los estudios de Teherán; Londres, siete y Madrid, ocho de la tarde; México y Colombia, una de la tarde.
Por Roberto de la Madrid