La presidenta constitucional de Brasil, Dilma Rousseff, denunció este jueves las acciones realizadas por el gobierno de facto liderado por Michel Temer, que asumió la presidencia del país tras el golpe parlamentario ejecutado el 31 de agosto de 2016. Como consecuencia del golpe, Rousseff comentó que no se podía evitar una crisis en el país. Además, indicó que tuvieron dificultades en hacer los procesos de inclusión más simples debido a que, cuando el exmandatario Luis Inácio Lula da Silva llegó al poder, se encontraron con diversos problemas sociales, como pocas escuelas, una infraestructura social pésimamente distribuida y la concentración de la riqueza en los sectores más ricos de la sociedad. teleSUR