Los kenianos eligen este martes a sus representantes y al presidente en una votación que podría ser ajustada y degenerar en violencia.
La costa o las chabolas de Nairobi, posibles zonas violentas en una Kenia en vísperas de elecciones https://t.co/ETOy8Jt0WO— Universo Infinito (@UniversoPoint) 7 août 2017
Los problemas étnicos y de reparto de la tierra han reabierto viejas heridas y son muchos los que han decidido hacer las maletas y salir de la capital. Los que se han quedado, llevan días almacenando agua, alimentos y medicinas.El recuerdo de la ola de violencia en las elecciones de 2007 persiste. Murieron más de 1.100 personas y hubo 600.000 desplazados.
Kenia: El asesinato de un funcionario electoral y las amenazas suscitan temores antes de los comicioshttps://t.co/ihn3v4ChPj pic.twitter.com/3mozqjNik7— amnistia . org (@amnistia) 2 août 2017
La semana pasada, un responsable del recuento electrónico fue secuestrado y asesinado, lo que podría llevar a muchos a desconfiar de los resultados de los comicios. Pese a las peticiones de la comunidad internacional, los candidatos se han negado a firmar un acuerdo para respetar el resultado electoral.
“Al final, son los kenianos los que tienen que elegir, por tanto depende del pueblo y de sus líderes que el ambiente sea propicio para una elección pacífica. Todos haremos nuestro trabajo como observadores e infundiremos confianza en la gente para que así sea”, ha señalado John Kerry, Exsecretario de Estado de EE.UU
Kenia vuelve a enfrentar este martes en las urnas a dos viejos rivales. Uhuru Kenyatta de 55 años, hijo del primer presidente del país y Raila Odinga, de 72. y el hombre que en 2007 denunció que le robaron las elecciones y en 2013 rechazó los resultados de los siguientes comicios.