Luego de la muerte de su esposo, Dulce María Merino Salinas, de 62 años de edad, entró en una profunda depresión. Angustiadas, sus hijas la impulsaron a buscar nuevas actividades que la ayudaran a distraerse. Así comenzó a acudir a la Plaza de la Ciudadela a bailar danzón cubano.
Ubicada en el centro de la Ciudad de México, la también conocida como "Plaza del Danzón" se convierte en una pista de baile en la que cientos de adultos mayores visten sus más elegantes atuendos para practicar el danzón cubano. La actividad es organizada por el gobierno de la Delegación Cuauhtémoc, que presta servicio de sonido con el objetivo de crear una atmósfera musical para que los abuelos tengan un espacio distracción cada sábado a partir de las 11 de la mañana.