Y "Planeta encantado" termina con otra asombrosa historia.
La sierra de Ameca (México), nos ofrece, a vista de pájaro una espectacular imagen. Casi un millar de esferas de piedra, de hasta 20 toneladas, ocupan las laderas de sus cerros. Durante años, de su existencia sólo sabían los nativos de la zona. A mediados de los sesenta, un norteamericano las descubrió. Desde entonces, las esferas han captado la atención de geólogos y vulcanólogos, que siguen sin ponerse de acuerdo sobre su misterioso origen.