Más de 3 mil policías hondureños ha sido separados de sus cargos en poco más de cuatro años en el marco de un proceso de depuración que busca regenerar la cuestionada institución por sus supuestos vínculos
con el crimen organizado. Por su parte, organizaciones de derechos humanos consideran que no basta con expulsar a policías, sino que esa institución requiere de una reestructuración completa. teleSUR