Enormes atascos y colas al entrar en vigor los controles a toda persona que entre o salga de la Unión Europea (UE). La nueva legislación fue propuesta tras los atentados de París, en 2015, y aprobada hace un mes. Pretende evitar que “combatientes extranjeros”, que regresan de Siria o Irak, entren en territorio europeo.

Las novedades son que ahora deben someterse a controles todas las personas, incluidos los ciudadanos europeos que disfrutan de libertad de movimiento, y que ahora se aplican también al salir de la UE.

“Es un desastre. Llevo a dos personas discapacitadas en mi coche, que necesitan ir al baño, y no tienen dónde ir”, decía un conductor afectado, en la frontera entre Croacia y Eslovenia.

“Esperamos una hora y media en la frontera croata, otra hora y media en la frontera eslovena… En total, tres horas. Estamos esperando con dos niños pequeños en el coche”, señalaba otro.

Los controles obligatorios en las fronteras exteriores de la UE responden al aumento de la amenaza terrorista y se aplican por tierra, mar y aire. Rumanía es otro de los países afectados.

“Si una persona, o el documento que presenta en el punto fronterizo, aparece en la base de datos con una marca de alerta, esa persona es invitada a pasar un segundo control, con verificaciones adicionales por parte de la Policía de Fronteras. Pero este procedimiento no afectará a la fluidez del tráfico de pasajeros”, explicaba en el aeropuerto de Bucarest Alexandra Popescu, portavoz de la Policía de Fronteras rumana.

Las informaciones recogidas en los controles se contrastarán con las bases de datos nacionales, con el Sistema de Información Schengen y con la base de datos de Interpol.