Cancer de mama: Historia de la deteccion precoz

RAUL ESPERT 2017-03-24

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Cabe tener en cuenta que ningún tipo de medida de prevención reduce a cero el riesgo de padecer la enfermedad, pero sí lo hacen en mayor o menor medida, de acuerdo con el momento en que se toman. Como decíamos anteriormente, la denominada “prevención secundaria” es sinónimo de detección temprana y es considerada actualmente la herramienta más efectiva para lograr la reducción de la mortalidad generada por el cáncer de mama. Una vez confirmado el diagnóstico, el pronóstico está estrechamente ligado al momento de la detección (es decir, en función de si es temprano o tardío). El tratamiento temprano puede disminuir la complejidad de las terapéuticas aplicadas. Si el cáncer se detecta tempranamente (en estadios iniciales), el tratamiento tiene más posibilidades de éxito. Lo primordial es realizar la consulta al ginecólogo para someterse a un examen clínico y obtener información adecuada sobre esta patología. Cuando la mujer no tiene antecedentes familiares o propios de cáncer de mama, las mamografías anuales se indican a partir de los 40 años. En caso de que existan factores de riesgo de primera línea como el genético, las mamografías serán indicadas de cinco a diez años antes. Se debe concientizar a las pacientes sobre la importancia del autoexamen, que debería ser mensual. Mediante una simple exploración, se puede detectar síntomas como retracción de la piel o el pezón, derrames por pezón y cambios en el color o textura de la piel de la mama. Ante la aparición de alguna sospecha, el médico deriva al especialista, es decir al mastólogo, para mejorar las posibilidades de diagnóstico certero, tratamiento adecuado o seguimiento. Como profesionales de la salud, sabemos que las mejores armas para la prevención son la concientización, la educación y la información sobre este flagelo, para una consulta ginecológica temprana, el examen clínico, la realización de la mamografía y los estudios complementarios (como ecografía, resonancia magnética nuclear, tomosíntesis y magnificación). Así, lograremos la detección en etapa precoz y tendremos la posibilidad de un tratamiento óptimo y su curación. Los avances más grandes para lograr la supervivencia están asociados con las terapias aplicadas, y la imagenología moderna. Sin embargo, hay una estadística negativa y es que un tercio de las muertes por cáncer de mama se podrían evitar si se hiciera el diagnóstico preclínico oportuno a todas las pacientes. En conclusión, es importante recordar que: es curable tomado a tiempo; la mamografía y la ecografía colaboran en el diagnóstico mucho antes de que el tumor sea palpable; el diagnóstico temprano mejora el pronóstico y la sobrevida de la enfermedad, y las perspectivas de curación y prevención están cambiando positivamente.

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