Diana Prince (LYNDA CARTER), a instancias de Harold Farnum (ED BEGLEY, JR.) Se ha unido a él en una inauguración del museo de arte de Henry Roberts (RODDY McDOWALL). Mientras los obreros quitan las cortinas que revelan el trabajo de Roberts, Diana se asombra de que las estatuas son asombrosamente parecidas a las de la vida cotidiana: carpintero, carnicero, campesino, mujer que camina con un perro, etc.
     Volviendo a su coche, Diana encuentra una foto de un tazón de vidrio. De IRAC, ella aprende que un cuenco de cristal famoso fue robado de un colector privado. IRAC también le suministra una lista de personas que podrían saber dónde está. Su primera visita es a Shubert Goring (JOE MAROSS). Mientras que es escoltado a su oficina, Diana observa un número de estatuas de Robergs. Goring se da cuenta de que es sospechosa y señala dos pesados. Después de la reunión que resultó infructuosa, Diana vuelve a su coche y nota a algunos hombres que caminan detrás de ella. Ella salta a un ascensor, gira en la Mujer Maravilla y espera a que ataquen. Asustados, los dos hombres se sumergen en el coche, el conductor presiona el acelerador hasta el suelo, las carreras del motor, los neumáticos chillan, pero en vano. Wonder Woman ha lanzado su lazo y el bucle se instala en el enganche de remolque en la parte trasera del coche. Ella camina tranquilamente hacia el coche y toma a los dos pesados ​​en custodia.
     Mientras tanto, Steve Trevor (LYLE WAGONER) y el IRAC discuten el número de testigos que fueron robados recientemente bajo las mismas circunstancias. En cada caso, no había ventanas rotas, ni cerraduras destruidas, ni señales de entrada forzosa. Aparte del cuenco, había pinturas, piezas de arte, esculturas y el robo más reciente, el tapiz del Dr. y la Sra. Ellsworth (GAVIN MacLEOD y PATTI MacLEOD).
     Harold, que está escribiendo un ensayo sobre las obras de Henry Roberts, se acerca a él y le pregunta sobre cómo hace que sus estatuas sean tan vivas. Roberts lo ignora, por lo que toma el asunto en sus propias manos. Entrando furtivamente en el laboratorio de Roberts durante las horas de la tarde, ve muchas estatuas. Con una navaja, ya que está listo para realizar la cirugía, una mano aterriza en su hombro. Se vuelve y ve la estatua del policía. De repente, otra estatua se sumerge en él y como Harold lo evita, la estatua de golfista levanta su palo de golf y golpea a Harold en la cabeza, golpeándolo frío.