Madrid, 23 feb (EFE).- (Imágenes Leo Redondo) Falsificaban y vendían cuadros de pintores del modernismo catalán y valenciano, como Santiago Rusiñol o Joaquim Mir, pero la Guardia Civil y los Mossos d'Esquadra han frenado esta actividad en una operación conjunta en la que han detenido a seis personas e intervenido más de 100 obras falsificadas.
Se trata de la operación "Valentine", de la que se ha informado hoy y que dio comienzo a mediados del año pasado cuando un empresario de Barcelona denunció que había adquirido una obra falsa atribuida al pintor Ramón Casas y Carbó por 7.200 euros.
Y no solo eso, sino que comunicó también a las fuerzas de seguridad de que esos mimos vendedores le habían ofrecido otras obras de arte, presumiblemente también falsificadas.
Las pesquisas a las que dio lugar la denuncia, llevadas a cabo por un equipo conjunto de la Guardia Civil y los Mossos, constataron que varias personas afincadas en diferentes provincias actuaban en connivencia y aprovechaban sus conocimientos artísticos para esa actividad.
Así, comprobaron que en Madrid existían dos talleres de pintura donde se realizaban los cuadros. Tras estudiar la obra del autor al que querían falsificar, realizaban un boceto y, según su complejidad, las enviaban a otro pintor con grandes conocimientos y capacidad artística para que las acabara.
Pero no quedaba así la cosa. Para dar mayor credibilidad al cuadro, emitían un certificado de autenticidad, también falsificado, donde plasmaban sellos originales previamente robados con el objetivo de avalar la originalidad de las obras.
Dos detalles más faltaban para que el engaño fuera completo: la firma del autor, que falsificaban, y el envejecimiento de la obra con un marco adecuado a la tablilla, cartón o lienzo de aspecto antiguo empleado como soporte de la pintura.
No olvidaban que los artistas cuyas obras falsificaban habían creado sus cuadros entre mediados del siglo XIX y principios del XX, como los citados Santiago Rusiñol y Joaquim Mir o Ramón Casas, Isidre Nonell y Eliseu Meifren, entre otros.
Tanto las obras como su documentación eran enviadas principalmente a Barcelona y Valencia, donde los distribuidores se encargaban de vender las obras, a la vez que entregaban parte de los beneficios de la estafa a los falsificadores.
La operación ha permitido a los agentes incautarse de más de 100 pinturas falsificadas atribuidas a autores del modernismo catalán y valenciano, muy demandados en Cataluña y en otras zonas del Levante.
A falta de cuantificar totalmente los perjuicios económicos causados a los compradores, los investigadores calculan que hasta la fecha asciende al menos a 100.000 euros.
Los detenidos están acusados de los delitos de estafa, contra la propiedad intelectual, blanqueo de capitales, grupo criminal y falsedad documental.
Han sido agentes del Grupo de Patrimonio de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y de la Unidad Central de Patrimonio H