Con los 8 y los 16 bits, las compañías se esforzaron por ir más allá de los límites que parecían imponer las características técnicas de las consolas para las que programaban, incorporando en muchos de sus cartuchos chips dedicados con los que ampliar el rendimiento de dichas máquinas de muy distintos modos.
Aunque los míticos Super FX de Nintendo y el SVP de SEGA, con sus memorables juegos poligonales, son los más recordados, hubo otros muchos que hicieron de sus juegos correspondientes los fantásticos títulos que recordamos. Y hoy, en Memory Card, les rendimos un merecido tributo.