Cuando somos pequeños dependemos de que nuestros padres nos cuiden y velen por nosotros.

Ellos nos cuidan y nos dicen que es lo que debemos hacer. No somos capaces de valernos por nosotros mismos, no podríamos sobrevivir sin la ayuda de un adulto.

Poco a poco, vamos creciendo. Nos hacemos cada vez más independientes, con nuestra propia forma de ver la vida. Nuestras propias ideas y proyectos.

Ya somos adultos, personas responsables y capaces. Sin embargo, la relación con nuestros padres no siempre madura al mismo tiempo que lo hacemos nosotros. Muchas veces, delante de ellos nos sentimos como si aún fuéramos niños pequeños. Incapaces de expresarnos libremente.

Hemos crecido; pero hemos mantenido vivo el "cordón umbilical" que nos une a ellos.

La meditación te ayudará a cortar ese cordón y a establecer una relación nueva entre adultos.

Puedes realizar la meditación también si tus padres no están vivos; ya que te comunicarás con ellos a nivel de alma y no siempre desaparece una dependencia porque la persona no esté ya viva.

Espero que te sea útil.

Muchas gracias por compartir tu camino en la luz.